México: Ley de Derecho de Autor

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@scottheins
Revista Alto Nivel
Presentación: Claudia Tenorio.
Música: Sunday by TrackTribe


Para aquellos que sufren y batallan diariamente con el robo de sus imágenes en Internet, México ha reformado su ley del derecho de autor, dando la posibilidad que si una fotografía es robada y usada por un usuario sin autorización, el proveedor de Acceso a Internet puede remover, retirar, eliminar o inhabilitar, “de manera expedita y eficaz” esa imagen.

Esta reforma, que debería ser emulada por los países latinoamericanos que aún no la tienen, da por tierra con aquellos que tienen por costumbre utilizar el copiado y pegado de cualquier contenido distribuido por un creador en las plataformas de internet.
Si bien el proceso para que esto suceda es algo complicado, al menos hay mecanismos ante quien reclamar en el asiduo caso del robo de imágenes.
Pueden leer una explicación y alcances de estas modificaciones en el artículo de la revista Alto Nivel.
Como resultado de las negociaciones del TMEC (Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá) México modificó su regulación (se puede leer aquí y aquí) a través de un decreto con el que “se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley Federal de Derecho de Autor¨.
Naturalmente, hubo voces que se opusieron a dichos cambios, por considerar que atentan contra la libertad de expresión.
Aunque en el caso de la copia de cualquier tipo de contenido, subido por creadores orgánicos, no hay mucha discusión al respecto.
Definitivamente, desde la creación de la red de redes, hay mucha gente que, a sabiendas de estar cometiendo una falta de ética, se dedica permanentemente a copiar, distribuir y monetizar contenido que no les pertenece.
Prueba de ello, son la duras reglas de propiedad intelectual que ha impuesto el contenido musical, que , salvo en los casos en que el autor lo permita, está totalmente prohibido reproducir música en un sitio de internet, que no haya sido autorizado comercialmente por el autor.
El caso del uso indebido de fotografías sin autorización del autor es algo que vemos a diario en las redes sociales.
Reclamos permanentes de fotoperiodistas y/o fotógrafos comerciales, que protestan casi sin éxito, por las publicaciones que han usado sus imágenes sin autorización ni remuneración alguna.
Y no hay que confundirse, quienes hacen mal uso de esas fotografías, en todo momento están buscando un rédito monetario con ello.
Hay cientos de casos diariamente en las redes sociales, de usuarios que se quejan debido a las constantes solicitudes de fotografías o videos para que sean otorgados gratuitamente.
Como muestra, el 30 de Mayo pasado Scott Heins @scottheins , fotoperiodista free lance, tuiteó:

“Pequeña instantánea de la industria de los medios: anoche recibí mensajes / correos electrónicos de ocho medios de comunicación nacionales pidiendo derechos para videos de la furgoneta en llamas de la policía de Nueva York.
Cuando respondí que no regalaría imágenes de forma gratuita, todos los medios dejaron de hablar¨.

Este y muchos otros ejemplos se suceden día a día en los medios electrónicos.
Los fotoperiodistas no podemos perder de vista las reales intenciones de quienes copian y/o alteran nuestro material, plagiando trabajos que ellos o bien no están capacitados para hacer o bien no están dispuestos a desembolsar un solo centavo por ello, pero sí generar ganancias con el material de otros.
Aunado a esto, también encontramos una de las excusas más sorprendentes en muchos medios de comunicación electrónica: es aquella en la que se le ofrece al fotógrafo o bien videógrafo, la mención de su nombre en el crédito del material a difundir.
Los fotoperiodistas debemos tener claro que este concepto es una aberración en lo referente a los derechos de autor

Desde su nacimiento, la fotografía ha tenido un avance permanente, y en los últimos 20 años esa evolución ha sido exponencial, debido a la supremacía tecnológica en todos los aspectos de nuestra vida.
Esto nos ha obligado a los fotógrafos a estar actualizados permanentemente en materia de software, hardware, ópticas, cámaras, sistemas de iluminación y bibliografía.
No hemos logrado aún que compañías como Microsoft, Apple, Adobe, Nikon, Canon, etc. nos regalen su productos, o acaso que nos los “presten, con la sola mención de su marca, sino que debemos adquirirlos con moneda de curso legal.
El crédito y difusión del nombre del autor no es una compensación por el uso de las imágenes.
El crédito es inherente a las fotografías y la persona que las creó.
Eso es un derecho inalienable que poseé el autor, no una concesión de quien quiere usar el material.
Esto también ha impactado en el público en general.
Como dato emblemático, está el relato de un fotoperiodista ganador de múltiples premios internacionales, quien me contó la siguiente historia:
Luego de ser merecedor de uno de los premios más importantes en fotoperiodismo, un compatriota suyo que no lo conocía, le escribió para felicitarlo por su fotografía ganadora.
Y también solicitándole una copia de la misma.
El premiado fotoperiodista le contestó amablemente y agradeciéndole la felicitación, al tiempo que le comentó que, de querer una copia de esa fotografía, debía dirigirse a la compañía periodística en la que él trabaja para adquirirla.
La respuesta de su desconocido compatriota fue contundente, Le dijo:
“Ahh cómo?, crees que porque andas por la calle y tomas una fotografía tienes derecho a cobrarla?!!¨

El uso generalizado y gratuito de las fotografías está tan diseminado como una práctica natural, que inclusive para la gente que no está dentro del terreno periodístico, le parece perfectamente natural usar, copiar o monetizar material que no le pertenece.
Esta reforma a la ley en México, trae también controversias por el uso político que podría hacerse de ella, pero en el fondo, la mayoría de los que tienen reparos ante esta ley, lo hacen porque ya internalizaron erróneamente que aquello que se encuentra en la web, es de uso gratuito, como si el Internet fuera un estado aparte donde las leyes no tienen cabida.
Aunque la verdadera y ulterior razón,es poder hacer dinero con el trabajo de otros.

La reforma a esta ley, al menos traerá algo de respiro para aquellos que ven como sus fotografías circulan sin control por el ciberespacio, y también pondrá en alerta a aquellos que diciéndose comunicadores o influencers, no hacen más que difundir la idea que apropiarse del trabajo de los demás es algo lícito, algo normal, algo que pueden enseñar a sus hijos como una práctica honesta para conseguir más dinero, cuando en realidad se están apoderando de algo ajeno.